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Todas las mamparas de ducha están concebidas y diseñadas para evitar la salida de agua durante el aseo, en mayor o menor medida, pero no resisten bien la acción directa del chorro de agua sobre las juntas.
Es por eso que, si sometemos a una mampara a la acción directa del agua, sobre sus juntas de unión, las bisagras o los perfiles, es muy probable que tengamos fugas de agua.
El sellado solo se debe aplicar por partes exteriores de la mampara, tanto en las juntas de las paredes como en las del plato, aplicando el producto mediante un cordón lo más fino posible para que quede más bonito. Es más fácil retirar el exceso de producto con un trapito mojado o con los mismos dedos humedecidos, siempre suavemente.
Es muy importante dejarla sin sellar por dentro, porque las mamparas están diseñadas para que el agua se filtre por los perfiles que son huecos y bajen hasta el carril inferior. Desde ahí debe drenar hacia la abertura que le hemos dejado para que se encamine, precisamente, hacia donde queremos: el plato de ducha. Si sellamos por ambos lados, el agua se quedará estancada dentro de los perfiles y se corromperá dentro, dando un resultado antihigiénico y que puede producir malos olores.
Además si la sellamos por el interior, la silicona puede coger un color feo con el contacto continuado con los geles de baño, crema e incluso con los tintes del pelo que van cayendo con los lavados.
Escríbenos y con mucho gusto atenderemos todas tus dudas sin compromiso alguno.